jueves, 11 de julio de 2013

XV DOMINGO ORDINARIO - C

CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS COLOSENSES 1, 15-20
Cristo Jesús es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque por medio de él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles. Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él. Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.

COMENTARIO
            Estamos ante un himno recitado con frecuencia en las antiguas comunidades cristianas, como lo es hoy también entre nosotros: Lo escuchamos en el salmo responsorial de nuestras eucaristías y en el rezo del breviario.
            En él, San Pablo recuerda a los colosenses que Cristo ocupa la primacía de la creación: Todo fue creado por él y para él; y él es anterior a todo. San Pablo relaciona la imagen de la Sabiduría veterotestamentaria con Cristo: Ella estaba presente en la creación del mundo y rige y gobierna todas las cosas, lo mismo que Cristo.
            La problemática que vivían las comunidades de los tiempos de san Pablo respecto a la primacía de Cristo no se diferencia de la problemática que podamos estar viviendo los creyentes de hoy: Son muchos los que le disputan la primacía o la exclusividad a Cristo.
            Los creyentes de hoy tenemos que seguir defendiendo, anunciando y dando testimonio del primer y exclusivo puesto que ocupa para nosotros Cristo en nuestras vidas. Ahora bien, ¿Realmente Cristo es el centro de nuestras vidas? Reflexionemos con serenidad y descubriremos que son muchas las personas, actividades y cosas que le quitan el puesto a Cristo  a lo largo de nuestra jornada.
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