martes, 29 de julio de 2014

XX DOMINGO ORDINARIO - A

Carta del apóstol san Pablo a los Romanos 11, 13-15. 29-32

Hermanos:
Os digo a vosotros, los gentiles: Mientras sea vuestro apóstol, haré honor a mi ministerio, por ver si despierto emulación en los de mi raza y salvo a alguno de ellos.
Si su reprobación es reconciliación del mundo, ¿qué será su reintegración sino un volver de la muerte a la vida?
Pues los dones y la llamada de Dios son irrevocables.
Vosotros, en otro tiempo, erais rebeldes a Dios- pero ahora, al rebelarse ellos, habéis obtenido misericordia.
Así también ellos, que ahora son rebeldes, con ocasión de la misericordia obtenida por vosotros, alcanzaran misericordia.
Pues Dios nos encerró a todos en la rebeldía para tener misericordia de todos.

COMENTARIO

A Pablo le preocupa el futuro de su propio pueblo, Israel. Sin embargo, busca argumentos que le convenzan, primeramente a él mismo y luego a los demás, para mantener firme la esperanza de que su pueblo también alcanzará la salvación traída por Cristo Jesús. Así como la obediencia de ellos atrajo la misericordia de Dios sobre los gentiles, así ahora la obediencia de los gentiles atraerá la misericordia de Dios sobre el pueblo de Israel.
Se trata de toda una lección pedagógica para los pastores de hoy. Siempre hay razones para la esperanza salvadora de Dios. A nadie debemos dar por condenado, por perdido definitivamente. Dios tiene paciencia infinita y espera para intervenir en la salvación de todos sus hijos, a quienes Jesús, el Señor, rescató con su sangre.
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