miércoles, 29 de octubre de 2025

FESTIVIDAD DE TODOS LOS SANTOS

 FESTIVIDAD DE TODOS LOS SANTOS


El filósofo surcoreano Byung–Chul Han recibió el pasado 24 de octubre de 2025 el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades. El semanario Alfa y Omega que sale publicado cada jueves con el periódico ABC se hace eco de la noticia y nos ofrece algunas reflexiones interesantes que nos pueden ayudar en esta festividad de Todos los Santos.

«Solo la intensa experiencia del silencio nos conduce a Dios», afirma.

No es habitual encontrar a un pensador de nuestro tiempo que hable abiertamente de Dios y tampoco lo es que mencione el silencio, la atención o la contemplación como las únicas salidas a la crisis que atraviesa Occidente hoy en día. Pero eso es exactamente lo que hace Byung-Chul HanPremio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2025.

Afirma que los trastornos de nuestra época están causados por el abandono de la reflexión, el retiro y la meditación. Pero Byung-Chul Han no se detiene ahí. Su mirada es tan abierta que no rehúye la pregunta directa por la trascendencia. Sobre Dios escribe que «no es Dios quien ha muerto, sino el ser humano al que Dios se revelaba». «Nuestra sociedad ya no cultiva lo que permite esa experiencia del silencio: atención, reposo, escucha…».

«La crisis de la religión hoy no consiste simplemente en que ya no creamos en Dios, sino que hemos perdido la atención». Por ello, es necesario volver al silencio «la inactividad y el ocio como caminos que nos abren hacia algo que es más que nosotros».

Critica una vida dedicada a la productividad, al rendimiento, al consumo y a la distracción. Aboga por una oración, basada en el silencio y sugiere que, en realidad, «la atención es lo mismo que la oración». «Cuando todo se mide por la productividad, la oración parece inútil», pero precisamente la verdad reposa en esa aparente inutilidad.

Solo así seremos capaces de atender a «lo que viene de arriba». Pues, al final, «solo la intensa experiencia del silencio nos conduce a Dios».

Este es precisamente el camino que siguieron tantos santos, a los que hoy festejamos: Unos buscaron el silencio, la quietud, la contemplación, en parajes de vegetación exuberante o en áridos desiertos, acompañados del monótono sonido de la naturaleza y la vida salvaje; otros encontraron el silencio interior y a Dios en él en medio del ruido ensordecedor de nuestras ciudades y descubrieron que Dios se revela en todas las circunstancias de la vida, también en la estruendosa sociedad moderna. Invoquémosles particularmente hoy para que nos ayuden en nuestra búsqueda de Dios.

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