miércoles, 18 de abril de 2012

III DOMINGO DE PASCUA - B

PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN JUAN 2, 1-5a
Hijos míos: Os escribo esto para que no pequéis. Pero si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no solo por los nuestros, sino también por los del mundo entero. En esto sabemos que le conocemos: en que guardamos sus mandamientos. Quien dice: "Yo le conozco" y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él. Pero quien guarda su palabra, ciertamente en él el amor de Dios ha llegado a su plenitud. En esto conocemos que estamos en él.

COMENTARIO:

CONOCER-AMAR-GUARDAR LOS MANDAMIENTOS son tres elementos que se interrelacionan entre sí de tal modo que no es posible prescindir de uno de ellos para poder asegurar con san Pablo: ‘No soy yo, es Cristo quien vive en mí’. El razonamiento de san Juan en su carta juega con estos tres elementos, lo que nos tiene que hacer pensar que para él eran fundamentales: no se entienden separados, ni es posible prescindir de uno de ellos.
Así pues, creer en la Resurrección es cumplir los mandatos del Señor. Si nos convertimos y guardamos los mandamientos, nada hemos de temer, porque el mismo Jesucristo abogará por nosotros ante el Padre; podremos afirmar sin temor que el Señor ha resucitado, que su amor está en nosotros y que le conocemos verdaderamente. Solo así nuestro mensaje será creíble.
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