miércoles, 9 de mayo de 2012

VI DOMINGO DE PASCUA -B

PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN JUAN 4,7-10

Queridos hermanos:
Amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que me ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene en que Dios mandó al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo, como víctima de propiciación por nuestros pecados.

COMENETARIO:

Cuando la savia del viejo tronco de la parra de mi balcón se despierta con el inicio de la primavera, cada día veo crecer los nuevos brotes que lentamente, pero sin pausa, no detienen su crecimiento hasta logar su objetivo: nuevos racimos exuberantes de mosto, que anuncian una hermosa cosecha.
Algo así sucede con el amor de Dios Padre. Primero Dios nos amó y se hizo visible cuando su hijo vivió entre nosotros. Los gestos de amor que Jesús, el Hijo de Dios, realizó entre nosotros son prueba y manifestación clara del amor que el Padre nos profesa. La savia del Amor corre por nuestras venas –nos lo ha dicho Jesús. Y este amor es el que nos permite vivir; vivir amando, porque no se entiende la vida si no es amando como el propio Jesús nos enseñó a amar.
Hoy puede ser un buen día para recordar los pasajes evangélicos en los que Jesús se acerca a los pecadores, a los enfermos… y les devuelve la ilusión por vivir.
********

No hay comentarios:

Publicar un comentario