CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS EFESIOS 4, 1-6
Hermanos:
Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos; sobrellevaos mutuamente con amor, esforzaos en mantener la unidad del Espíritu, con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la meta de la esperanza en la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo.
COMENTARIO:
Hemos sido convocados, llamados a seguir el camino que lleva al Amor. Este camino tiene metas intermedias, que es preciso alcanzar, pero que al mismo tiempo implican cierto grado de amor desinteresado. San Pablo recomienda a los efesios partir de una actitud humilde; luego hay que avanzar por senderos de amabilidad; seguir por caminos de comprensión y perdón para con todos; aún más, hay que aceptarse unos a otros con sus pecados y virtudes, carencias, defectos y cualidades; apoyarse los unos en los otros, y los unos a los otros. Cuando lleguemos a sentir y vivir en un solo cuerpo, movido por un solo Espíritu, hemos llegado a la meta del Amor.
Teresa de Calcuta decía: Ama hasta que te duela; si te duele, es buena señal; el amor auténtico debe costarnos.
En fin, San Pablo quiere dejarnos claro que nuestra vocación es la del amor. A él estamos convocados y el camino que hemos de emprender se abre para todos los creyentes.
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