PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS TESALONICENSES 3, 12-4,2
Hermanos:
Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos. Y que así os fortalezca internamente; para que, cuando Jesús nuestro Señor vuelva acompañado de todos sus santos, os presentéis santos e irreprensibles ante Dios nuestro padre. Para terminar, hermanos, por Cristo Jesús os rogamos y exhortamos: Habéis aprendido de nosotros como proceder para agradar a Dios: pues proceded así y seguid adelante. Ya conocéis las instrucciones que os dimos en nombre del Señor Jesús.
COMENTARIO
San Pablo se dirige a los cristianos de Tesalónica con palabras que suscitan una atención especial por parte de quien las escucha. Lo que va a decir es muy importante porque es el compendio de toda su carta, y de toda su enseñanza. Son palabras que suenan a testamento de despedida: “Os rogamos y exhortamos”. Tras esa fuerte llamada a la atención viene la doctrina sintetizada en pocas palabras, como si de una expresión lapidaria se tratara; precisamente para que se graven en la memoria de sus oyentes y lectores.
Lo más importante para Pablo es agradar a Dios. Para conseguirlo basta seguir las instrucciones que, en nombre del Señor Jesús, él les dio: Mantener la fe que han recibido.
¿Cuál es el camino para mantener la fe? Sin duda, que el rebosar de amor entre ellos y de amor a todos. Santiago afirmará con rotundidad que la fe sin obras no tiene sentido, está muerta.
Comenzamos el Adviento, tiempo de esperanza activa: Vivir la fe amando es la única forma de vivir en actitud de esperanza vigilante, para que cuando venga el Señor nos encuentre ejercitándonos en el amor.
********
No hay comentarios:
Publicar un comentario