jueves, 17 de enero de 2013

II DOMINGO ORDINARIO - C

PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS 12, 4-11
Hermanos:
Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de servicios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Y así uno recibe del Espíritu el hablar con sabiduría; otro, el hablar con inteligencia, según el mismo Espíritu. Hay quien, por el mismo Espíritu, recibe el don de la fe; y otro, por el mismo Espíritu, don de curar. A este le han concedido hacer milagros; a aquel, profetizar. A otro, distinguir los buenos y los malos espíritus. A uno, la diversidad de lenguas; a otro, el don de la interpretación. El mismo y único Espíritu obra todo esto, repartiendo a cada uno en particular como a él le parece.

COMENTARIO

Cuando leemos los Hechos de los Apósotles y algunos otros pasajes del nuevo Testamento, como este texto de san Pablo, sacamos la conclusión de que la acción del Espíritu Santo era visible para aquellos primeros cristianos. El caso es que hoy no nos parece ver nada semejante y tenemos la impresión de no entender nada de lo que sucedía en los primeros tiempos de las comunidades cristianas como la de Corinto.
La acción del Espíritu era palpable. La discusión que se les planteaba a aquellos primeros cristianos era por qué no todos reibían los mismos dones, o por qué en mí el don del Espíritu no es el que yo deseo, el que a mí me gustaría. San Pablo les aclara que todos recibimos el mismo Espíritu y en uno se manifiesta con más profusión en el don de la profecía; en otro, en el don de la palabra; en otro, en los milagros; en otro, en la fe; en otro, en la interpretación… Por otra parte, la acción del Espíritu no es manipualable; reparte como a él le parece.
Así pues, hay un mismo Dios, un único Señor y un mismo Espíritu que engalana a su Iglesia con sus dones.
¿Qué nos sucede a los cristianos de hoy para que nos resulte tan raro el contenido de este pasaje de la carta de san Pablo? Que los ojos de nuestra fe tienen cataratas, les ciega la luz del mundo.
Hoy puede ser un buen día para pedirle al Señor que cure la ceguera de nuestra fe, para que podamos percibir con claridad la acción del Espíritu en nosotros.
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