miércoles, 27 de marzo de 2013

PASCUA DE RESURRECCIÓN - C

CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS COLOSENSES 3, 1-4
Hermanos:
Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Porque habéis muerto; y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria.

COMENTARIO:

Esta carta se escribió muy probablemente a finales del siglo I. El motivo es el surgimiento de una herejía, según la cual Cristo no es lo únco importante, hay también otros elementos que le disputan la primacía. Para san Pablo no es así: Cristo es el únco que debe ocupar nuestra actividad, nuestra vida.

Efectivamente si ponemos nuestro empeño en alcanzar lo que el mundo nos ofrece (riqueza, poder, honores…), estos son caducos y terminan despareciendo en la tumba; Y cuando vayamos a la tumba a recuperarlos, solo contemplaremos podredumbre, restos de polvo sin valor. Por el contrario, si nuestra vida está y camina en Cristo según los valores del espíritu que él nos transmitió, cuando visitemos la tumba la encontraremos vacía, como cuando las mujeres visitaron la tumba de Jesús; porque Cristo vive, los valores que nos transmitió no permanecen en la tumba, son eternos, nos llevan a la resurección.

Por el bautismo hemos muerto y resucitado con Cristo. Sin embargo, aún no se ha realizado nuestra comunión definitiva con el Cristo glorioso. Algunos creyentes de entonces (también de ahora), una vez bautizados, se creían ya definitivamente resucitados y no valoraban la resurreción del cuerpo mortal; y es por esto por lo que san Pablo les anima a caminar guiados por los valores del espíritu hasta alcanzar la unión perfecta con el Cristo glorioso. En esta vida los cristianos caminamos entre el ‘ya’ y el ‘todavía no’.

Que estimule nuestra fe la exhortación de san Pablo: ‘Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria’.
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