jueves, 7 de enero de 2016

EL BAUTISMO DE JESÚS - C

LIBRO DE ISAÍAS 42, 1-4.6-7
Así dice el Señor:
Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido a quien prefiero. Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones: No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pabilo vacilante no lo apagará. Promoverá fielmente el derecho, no vacilará ni se quebrará hasta implantar el derecho en la tierra y sus leyes, que esperan las islas. Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he tomado de la mano, te he formado y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan en tinieblas.

COMENTARIO

Este canto, que el profeta del siglo VIII antes de Cristo refiere posiblemente al gran Ciro, rey de Persia, como liberador del pueblo judío del exilio de Babilonia, el cristianismo primitivo certeramente lo relaciona con el Hijo de Dios, hecho hombre. El poema canta el programa de vida de este siervo, Hijo de Dios Encarnado.
También hoy nosotros podemos identificarnos con la figura del siervo descrita en el canto del Deutero-Isaías. Ahí se nos propone el proyecto de vida de todo nuevo bautizado.
Comienza la descripción del nuevo cristiano afirmando que somos los llamados, los elegidos, preferidos por Dios Padre, quien nos ha formado, nos lleva de su mano y nos sostiene. En cada uno de nosotros ha puesto su Espíritu, con una finalidad precisa: traer el derecho, implantar la justicia en las naciones. El creyente está llamado a ser luz y alianza de los pueblos.
¿Cuál ha de ser la estrategia de actuación? El bautizado ha de proceder sin violencia: no gritará, no voceará, el pabilo vacilante no lo apagará. Ha de proceder con firmeza, sin desistir hasta implantar el derecho en la tierra.
¿Dónde está su campo de actuación? El cristiano debe dedicarse con solicitud a los más débiles de la sociedad si interpretamos correctamente al profeta: devolver la luz a los que viven en las tinieblas. En esta imagen de estado de tinieblas quedan representados los pobres, los inmigrantes, los sin techo, los sin trabajo, los enfermos, los ancianos, los no nacidos, los desamparados, los drogadictos, los encarcelados, los indefensos, los pecadores… Este es nuestro campo de actuación y no hemos de parar hasta que brille la luz para todos ellos.
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