miércoles, 9 de marzo de 2016

V DOMINGO DE CUARESMA - C

LIBRO DE ISAÍAS 43, 16-21
Así dice el Señor, que abrió camino en el mar y senda en las aguas impetuosas; que sacó a batalla carros y caballos, tropa con sus valientes: caían para no levantarse, se apagaron como mecha que se extingue. No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo, mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando. ¿No lo notáis? Abriré un camino por el desierto, ríos en el yermo; me glorificarán las bestias del campo, chacales y avestruces, porque ofreceré agua en el desierto, ríos en el yermo, para apagar la sed de mi pueblo, de mi escogido, el pueblo que yo formé, para que proclamara mi alabanza.

COMENTARIO

En Jesús siempre podemos descubrir algo nuevo. De novedad nos habla el profeta Isaías: «No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo, mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando». San Pablo exhorta a los filipenses a mirar hacia la meta y no hacia atrás: «Olvidándome de lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que está por delante, corro hacia la meta, para ganar el premio».
El papa Francisco también nos exhorta constantemente a poner nuestra mirada en el futuro, en lo que está por llegar y que ya está brotando. Así como sucede con las estaciones del año, con frecuencia nuestra vivencia cristiana cae en el invierno y se adormece. Hoy el papa nos invita a despertar, pues ya está brotando la novedad, la nueva vivencia de la fe. Ahora nos cuesta verla, porque los brotes son aún muy incipientes, pero ahí están. La fe en Europa está aletargada, pero brota con fuerza en África, Hispanoamérica, Asia y aún, a pesar de las persecuciones de los cristianos en países árabes, la fe se resiste a perecer. Los misioneros que allí quedan nos hablan de aumento de conversiones al cristianismo: El testimonio de los nuevos mártires del siglo XXI interroga a quienes admiran su valentía y la fuerza invencible de su fe.
«Abriré un camino por el desierto, ríos en el yermo» -dice el profeta Isaías. Es la misma invitación que nos hace el papa Francisco a enfrentarnos al futuro con ilusión, porque es la actuación de Dios misericordioso y no la nuestra la que hace posible la novedad de nuestra fe y la realización del proyecto del Reino. El papa quiere que abramos nuevos caminos y que brote la frescura de la fe cristiana a través de la misericordia. «Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso» (Lc 6, 36).

Los creyentes estamos llamados a hacer visible para el mundo la novedad de la salvación en el momento de la historia en el que nos ha tocado vivir. ¡Despertemos a Europa de su prolongado letargo de la fe, la fe cristiana que le hizo ser el continente más admirado del planeta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario