Primera carta del
apóstol san Pablo a los Corintios 3, 16-23
Hermanos:
¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?
Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios es santo: ese templo sois vosotros.
¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?
Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios es santo: ese templo sois vosotros.
Que nadie se engañe. Si alguno de vosotros se cree sabio en
este mundo, que se haga necio para llegar a ser sabio.
Porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios,
como está escrito: «Él caza a los sabios en su astucia.» Y también: «El Señor
penetra los pensamientos de los sabios y conoce que son vanos.» Así, pues, que
nadie se gloríe en los hombres, pues todo es vuestro: Pablo, Apolo, Cefas, el
mundo, la vida, la muerte, lo presente, lo futuro. Todo es vuestro, vosotros de
Cristo, y Cristo de Dios.
COMENTARIO
¿No sabéis que
sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?
En esta expresión de la primera carta de san Pablo a los
corintios está la clave de la nueva vida inaugurada por Cristo. Tenemos que ser
conscientes de esta realidad: somos templos de Dios y, por tanto, el Espíritu
de Dios está dentro de nosotros.
De aquí hemos de deducir que nuestro comportamiento ha de
ir acorde a esta realidad que somos. Hasta ahora hemos vivido en la ignorancia
de lo que realmente somos, pero ahora se nos ha revelado quiénes somos
realmente: templos de Dios. Nuestro actuar ya no puede ser como el de los que
no creen, porque nosotros sí sabemos lo que somos y a quién representamos:
somos hijos de Dios y como tal hemos de actuar. Este es el mensaje de Pablo a
la comunidad de Corinto y que sigue siendo válido para nosotros.
************
No hay comentarios:
Publicar un comentario