Hechos de los Apóstoles 1, 1-11
En mi primer
libro, querido Teófilo, escribí de todo lo que Jesús fue haciendo y enseñando
hasta el día en que dio instrucciones a los apóstoles, que había escogido,
movido por el Espíritu Santo, y ascendió al cielo. Se les presentó después de
su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo y, apareciéndoseles
durante cuarenta días, les habló del reino de Dios
Una vez que
comían juntos les recomendó:
–No os
alejéis de Jerusalén; aguardad que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que
yo os he hablado. Juan bautizó con agua, dentro de pocos días vosotros seréis
bautizados con Espíritu Santo.
Ellos lo
rodearon preguntándole:
–Señor, ¿es
ahora cuando vas a restaurar la soberanía de Israel?
Jesús
contestó:
–No os toca
a vosotros conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha establecido con su
autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza
para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta los
confines del mundo.
Dicho esto,
lo vieron levantarse hasta que una nube se lo quitó de la vista. Mientras
miraban fijos al cielo, viéndole irse, se les presentaron dos hombres vestidos
de blanco, que les dijeron:
–Galileos,
¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado
para subir al cielo, volverá como le habéis visto marcharse.
COMENTARIO
San Lucas
recoge el acontecimiento de la Ascensión del Señor tanto en el evangelio como
en los Hechos de los Apóstoles. Sin embargo, notamos un leve contraste de
tiempos: mientras en los Hechos hay un periodo de 40 días entre la Pascua y la
Ascensión, en el evangelio ambos hechos suceden el mismo día.
Está claro
que hay una unidad de acontecimientos: La resurrección y la glorificación a la
derecha del Padre es un único hecho.
¿Qué nos
quiere trasmitir Lucas con los cuarenta días entre uno y otro?
El número 40
es un número bíblico: Moisés estuvo 40 días en el Sinaí para recibir la Ley, el
pueblo de Israel caminó por el desierto durante 40 años antes de llegar a la
tierra prometida, 40 días estuvo Jesús en el desierto preparándose para su vida
pública. Así pues el número 40 indica el tiempo de la prueba, de la
preparación, de la enseñanza necesaria y del aprendizaje.
Así, también
estuvo Jesús 40 días con sus discípulos después de la resurrección. Necesitaban
de su instrucción, de su ánimo y de su compañía. Durante 40 días se preocupó
Jesús de que sus discípulos fueran conscientes de lo que las Escrituras decían
sobre él. El ángel, al pie del sepulcro vacío, recuerda a las mujeres que les
digan a los discípulos que vuelvan a Galilea, allí donde Jesús empezó su vida
pública. Desde Galilea, aquellos discípulos y los que nos consideramos también
discípulos de Jesús hemos de emprender el recorrido de nuestra vida de
creyentes. Jesús nos aguarda allí para acompañarnos en nuestro recorrido.
Todo empezó
en Galilea, todos empezamos, en esa Galilea simbólica, a recorrer el camino de
testigos del Señor resucitado.
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