miércoles, 13 de septiembre de 2017

XXIV DOMINGO ORDINARIO - A

CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS ROMANOS 14, 7-9
Hermanos:
Ninguno de nosotros vive para sí mismo y ninguno muere para sí mismo.
Si vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el Señor; así que, ya vivamos ya muramos, somos del Señor.
Pues para esto murió y resucitó Cristo: para ser Señor de muertos y vivos.

COMENTARIO

Perdonar de corazón es el mensaje que nos dejan las lecturas de la Sagrada Escritura de este domingo.
San Pablo, en su carta a los romanos viene a decirnos que si aceptamos haber sido redimidos por Cristo hemos de entender que a partir de ese momento le pertenecemos totalmente: «En la vida y en la muerte somos del Señor. Ya vivamos ya muramos, somos del Señor». Esta idea nos puede llevar a concluir que hemos sido hechos esclavos, que hemos perdido nuestra libertad; sin embargo, es todo lo contrario: ser esclavos del Señor es recuperar la libertad perdida por el pecado, que es quien realmente nos esclavizaba.
San Pablo pretende hacer entender a los cristianos de la iglesia romana que es precisamente Cristo quien nos da la libertad deseada.
Ahora bien, para poseer esta libertad no basta saberse redimidos por Cristo, es necesario adoptar la vida que él nos invita a vivir en el evangelio.
Hoy, por ejemplo, el evangelio nos habla del perdón que Dios nos otorga gratuitamente, es decir, sin pedirnos nada a cambio; y nos pide que nosotros hagamos lo mismo si realmente queremos gozar de una libertad plena. Solo quien perdona de verdad -gratuitamente y olvidando- saborea la verdadera libertad, deja de estar encadenado por el rencor, del “por esta vez te perdono, pero a la próxima me las pagas todas juntas”.
Sin duda que los romanos también tardaron en entender a Pablo, como nos sucede hoy a nosotros.
*******************

No hay comentarios:

Publicar un comentario