jueves, 26 de octubre de 2017

XXX DOMINGO ORDINARIO - A

ÉXODO 22, 20-26
Esto dice el Señor:
«No maltratarás ni oprimirás al emigrante, pues emigrantes fuisteis vosotros en la tierra de Egipto.
No explotarás a viudas ni a huérfanos. Si los explotas y gritan a mí, yo escucharé su clamor, se encenderá mi ira y os mataré a espada; vuestras mujeres quedarán viudas y vuestros hijos huérfanos.
Si prestas dinero a alguien de mi pueblo, a un pobre que habita contigo, no serás con él un usurero cargándole intereses.
Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, se lo devolverás antes de ponerse el sol, porque no tiene otro vestido para cubrir su cuerpo, ¿y dónde, si no, se va a acostar? Si grita a mí, yo lo escucharé, porque yo soy compasivo».

COMENTARIO

En este pasaje del Éxodo es evidente que Yahvé, el Dios de Israel, se pone del lado de los parias de la sociedad de aquel entonces, y seguro que de nuestro tiempo también.
La opción que toma Dios es clara, no deja lugar a dudas. Dios es dios de todos, pero parece que sus entrañas de misericordia se conmueven especialmente ante los desechados de la sociedad, aquellos cuya presencia tanto nos molesta: los forasteros, los emigrantes los huérfanos, las viudas, los pobres de necesidad, los que no tienen un céntimo en el bolsillo, una vivienda donde crear un hogar, ni una prenda de abrigo para defenderse del frío.
Dios se constituye en padre protector de todos los ignorados y rechazados, con frecuencia por nosotros mismos. Dios es al mismo tiempo juez y dictará sentencia en su favor: «Si gritan a mí, yo los escucharé, porque yo soy compasivo».
Este texto sigue siendo actual. Poco ha cambiado el mundo. Hoy sigue habiendo inmigrantes, pobres, huérfanos, harapientos. Cáritas nos recuerda de vez en cuando la situación en nuestra nación y en nuestro entorno más cercano. Sigue habiendo indigentes a las puertas de nuestras iglesias, en las calles, durmiendo en los soportales, arriesgando su vida en pateras. Nos dicen en los medios de comunicación (televisión, radio, prensa…) que estamos saliendo de una profunda crisis económica, y así lo creemos porque las cifras de la macroeconomía así lo indican; por lo tanto, debe ser verdad. Lo cierto es que Cáritas sigue afirmando machaconamente que la recuperación no acaba de llegar a todos estos que nos nombra hoy el pasaje del Éxodo.

Ahí queda este texto que nos abre, una vez más, nuestros ojos a la realidad. De todos modos, Dios Padre sigue esperando de sus hijos compasión y misericordia.
*******************

No hay comentarios:

Publicar un comentario