PROFECÍA DE HABACUC 1, 2-3; 2, 2-4
¿Hasta cuándo, Señor, pediré auxilio sin que me oigas, te
gritaré: ¡Violencia!, sin que me salves?
¿Por qué me haces ver crímenes y contemplar opresiones?
¿Por qué pones ante mí destrucción y violencia, y surgen
disputas y se alzan contiendas?
Me respondió el Señor:
«Escribe la visión y grábala en tablillas, que se lea de
corrido; pues la visión tienes un plazo, pero llegará a su término sin
defraudar. Si se atrasa, espera en ella, pues llegará y no tardará. Mira, el
altanero no triunfará; pero el justo por su fe vivirá».
COMENTARIO
«El justo vivirá por su fe» (Hab 2, 4). «Reaviva el don de
Dios que hay en ti» (Tim 1, 6). «Señor, auméntanos la fe» (Lc 17, 5).
Las lecturas de este domingo insisten en la importancia de
mantenerse firmes en la fe que hemos recibido. En el evangelio los discípulos
piden a Jesús que les aumente su fe.
Todos los textos que encontramos en la Escritura nos hacen
deducir que no es fácil mantener la fe, que es necesario cuidarla, rogar al
Padre que nos ayude a conservarla y que nos la incremente.
Experiencias constantes encontramos en la Biblia de las reiteradas
infidelidades del pueblo de Israel, a pesar de las innumerables pruebas de
protección de Yahvé. Tan solo un resto se mantiene fiel.
La tentación de la infidelidad está ahí ante nuestra vista.
Hay momentos difíciles en la vida de cada uno de nosotros que nos incitan a
abandonar, a perder toda esperanza, a preguntarnos dónde estaba Dios en esos
momentos, por qué tanta guerra, tanto sufrimiento de inocentes, por qué siguen
triunfando los perversos y fracasando los justos, por qué tarda tanto en actuar
Dios a favor del honrado e inocente, a qué espera...
Hoy el profeta insiste por enésima vez que Dios no nos
defraudará y lo expresa citando palabras textuales de Yahvé: «… llegará a su
término sin defraudar». «… espera en ella, pues llegará y no tardará».
Ahora bien, no es fácil esperar, mantenerse fieles. De
hecho, comprobamos que a lo largo de la historia del pueblo de Israel tan solo
un resto, unos pocos creyeron, esperaron contra toda esperanza; y se sintieron
reconfortados con abundancia. Estos son quienes nos estimulan a seguir firmes
en nuestra fe e inamovibles en nuestra esperanza.
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